1. Fábula. Es un discurso falso mediante el que se genera una imagen de la realidad. Fue originada por los poetas, pero hoy es utilizada por los oradores como un recurso para ganar la adhesión de la audiencia. Esopo fue el mayor experto en su ejecución. La fàbula podía ser “racional” “ética” o “mixta”. La racional es aquélla en la que cualquier principio humano es imaginado al ponerse en acción; la ética procede mediante la imitación del carácter a través de criaturas irracionales; la mixta se compone por características de ambas, tanto racionales como irracionales.
Fábula ética: El perro y la almeja.
-- Bien merecido lo tengo, por creer que todo lo que veo redondo son huevos-
Nunca tomes un asunto sin antes reflexionar, para no entrar luego en extrañas dificultades." (Esopo)
2. Narración. La narración es la exposición de un evento que ha ocurrido, o que podría haber ocurrido. La narración difiere de la narrativa en el mismo sentido en que un poema es diferente a la poesía (La Iliada es un poema, los versos que hablan de cómo Aquiles prepara sus armas es poesía). La narración puede ser dramática, histórica o política. La dramática es ficticia, la histórica contiene una historia tomada de la antigüedad, la política es la especie que los oradores utilizan en sus disputas. La narración debe tener seis cualidades concomitantes: la persona que actúa, la acción que realiza, el tiempo, el lugar, la manera y la causa de sus acciones. Y debe tener a su vez cuatro virtudes: claridad, concisión, verosimilitud y pureza en la dicción. Es la base de la formación del orador, según Quintiliano.
Narración dramática: A Circe.
¡Circe, noble diosa de los hermosos cabellos! Mi destino es cruel. Como iba resuelto a perderme, las sirenas no cantaron para mí." (JulioTorri)
3. Chría o anécdota. Es una breve reminiscencia oportunamente evocada sobre alguna persona. El orador se refiere a esa persona de forma breve, se prueban sus hechos o dichos conforme a la razón, se apunta lo que es contrario a la razón, se añade una comparación, un ejemplo, un testimonio (u opinión de otro) y se termina con un epílogo o conclusión. La anécdota puede ser lógica, práctica o mixta. La lógica es aquélla donde las palabras encarnan alguna moral (p. ej. Platón solía decir que las semillas de la virtud germinan con la amabilidad y el trabajo) la práctica es la que procede mediante la referencia a una acción (p. ej. Penélope destejía todas las noches para desalentar a sus pretendientes) y existe también la forma mixta, que combina las dos. La anécdota se puede amplificar mediante la paráfrasis o el uso de refranes.
4. Máxima o proverbio. Parecida a la chría, la máxima es una declaración sumaria hecha en forma condensada, que se utiliza para exhortar o disuadir en relación a algo. La máxima puede ser exhortatoria, disuasiva o declarativa, puede ser simple o compuesta, pero siempre debe ser plausible, verdadera o hiperbólica. Debe ser invocada cuando la situación lo requiere.
5. Refutación. Es el ataque a una creencia o a una narración dadas. No debe usarse en casos que resultan obvios o claramente imposibles, sino en los casos donde la duda puede generarse. El orador que usa la refutación debe primero desacreditar a aquéllos que han hecho la aserción, después deben resumirse brevemente sus afirmaciones, para luego contravenir sus argumentos haciendo ver en ellas seis cosas: su oscuridad, su improbabilidad, su imposibilidad, su inconsistencia, su impropiedad y finalmente su inconveniencia o inutilidad. Este ejercicio preliminar requiere de la fuerza completa del arte de la Retórica.
7. Lugar común. Es el discurso que amplifica las bondades o los vicios evidentes. Está relacionado con el encomio y el vituperio, y consta de un exordio en el que se dice el castigo o recompensa que merece el hombre malvado o virtuoso, después de hace referencia a lo contrario del delito o la virtud que se persigue, después se explica el crimen o el mérito por amplificación, se hacen comparaciones con otros crímenes o virtudes, se manifiesta la intención del hombre referido y se rechaza la compasión o su contrario. Los lugares mediante los que se construye este propósito son los siguientes: la legalidad, la justicia, lo conforme, lo posible, lo útil, lo honorable, el suceso y la consecuencia.
8. Encomio. Propio del género epidíctico el encomio es el discurso que expone los buenos atributos de algo o de alguien. Difiere del himno pues no se refiere a los dioses sino a los mortales, pero también es una pieza artísticamente elaborada. Puede hacerse encomio de personas y cosas, así como de criaturas irracionales. A su vez puede ser usado colectiva o individualmente (por ejemplo Todos los atenienses o un ateniense). Se hace mediante un prólogo que refiere al sujeto u objeto en cuestión, después se apela al lugar de nacimiento, la educación, el linaje, alma, cuerpo y fortuna, y después se hace un epílogo.
9. Vituperio. También es propio del género epidíctico. Es un discurso que atiende sólo a los vicios y se construye igual que el encomio pero en el sentido inverso. También puede ser colectivo o individual o referirse a cosas o personas. Difiere del lugar común en que no exhorta al castigo sino que sólo hace una invectiva contra la persona exponiendo las cosas que de él son penosas y rechazables.
10. Comparación. Es el discurso que, mediante el contraste, enaltece una virtud por su comparación con un vicio o defecto para hacer prevalecer uno sobre otro, es decir procede por yuxtaposición. Puede ser construido con un encomio y un vituperio o con dos encomios y un vituperio.
11. Caracterización o Etopeya. Es la imitación del carácter de una persona. Tiene tres especies, el retrato de la imagen, el retrato de la persona y el retrato del carácter . En el retrato del carácter, la persona es conocida y el carácter es inventado, se llama entonces caracterización. En el retrato de la imagen el carácter es conocido, pero la persona imitada está imposibilitada a hablar (por muerte por ejemplo) y sólo se inventa su imagen. En el retrato de la persona todo es inventado, tanto el carácter como la persona misma. Se llama entonces personificación. La caracterización se construye pues con las figuras del ethos, y se divide en patética, ética o mixta. La patética se concentra en las emociones, mientras que la ética se concentra en el carácter solamente. La caracterización requiere de un estilo claro, conciso, lleno de colores.
12. Descripción. Es la composición discursiva que expone el objeto a los ojos del auditorio dándole una forma vívida. Pueden describirse personas, tiempos y lugares así como criaturas irracionales. Las cosas pueden describirse físicamente, por aquello que las compone, por aquello que las rodea o por aquello que contienen. Le corresponde sobre todo el género epidíctico y su estilo puede ser relajado y libre.
13. Tesis o Tema. Cicerón la llamó Causa y otros retóricos Controversia. La Tesis es el examen lógico de alguna materia que se pone en consideración. No tiene una referencia concreta sino se evalúa un argumento abstracto y sus consecuencias (por ejemplo si se debe elegir mujer, no si Sócrates debe elegir mujer). Se diferencia del lugar común ya que éste amplifica una cosa cierta, mientras que la Tesis trata de una cosa dudosa. Sus partes son la exordio (introducción al tema) la argumentación (de los tópicos que conciernen al tema y de las circunstancias de su existencia), las oposiciones (las cosas contrarias), las soluciones (por concesión, por negación o por lo contrario) y el epílogo (que contiene una breve amplificación, un breve resumen de los argumentos y una exhortación). Se construye apelando a la legitimidad, la justicia, la experiencia, la posibilidad los antecedentes y las consecuencias, y pertenece claramente al género deliberativo. La tesis puede ser política o teórica, la política concierne a la construcción de la sociedad (¿es posible un desarrollo tecnológico sustentable?) y la teórica es la que somete los fenómenos a una consideración intelectual (¿es el cielo esférico?) . La diferencia entre tesis e hipótesis es que la hipótesis tiene circunstancia, mientras que la tesis es no-circunstancial; la circunstancia quiere decir personas, acciones, causas, etcétera. La tesis es un ejercicio que requiere la contraposición y la solución punto por punto, e implica una capacidad de usar los mecanismos de la retórica en todo su potencial. Muchos alumnos de las Universidades contemporáneas están obligados a hacer este ejercicio todavía hasta la actualidad, ya que ello los acredita para ejercer una profesión. Es pues uno de los géneros de la tradición retórica que mejor ha sobrevivido en el mundo académco contemporáneo de manera formal.
14. Propuesta de Ley. Va más allá de la tesis pues supone la convicción o la oposición a decisiones legislativas. Concierne pues a circunstancias hasta cierto punto, como la hipótesis, pero a diferencia de ella supone un valor universal o abstracto (¿debe aprobarse el aborto?) La ley es una convención común para la ciudad, y la deliberación al respecto se construye con los lugares de la legitimidad, la justicia y la probabilidad.


Un ejemplo: Retórica del vituperio. En nuestras pasadas elecciones el vituperio fue casi el único mecanismo utilizado para deliberar. Lo que marca claramente la ausencia de otros elementos argumentativos, que dan origen a una débil democracia.













En este escenario florece también la vida pastoril como un ideal. El pastor “disfruta del ocio en abundancia, su dios protector es Pan, el genio de los rebaños, el inventor de la flauta pastoril…”
El paraje ideal, una vez establecido como tópico retórico-literario bien preciso, estaba presente (más que la observación en sí) en el surgimiento de la pintura del paisaje que surge en el renacimiento, la cual más que representar “la realidad” crea el ideal literario en el cuadro. El cuadro debe parecerse más al tópico que la escena ante la vista (pues la escena difícilmente coincide con ese ideal) y por ello decimos que tales paisajes son “pintorescos”, pues atienden sobre todo a la tópica establecida, al estatus que como discurso deben alcanzar. Veamos en las imágenes anexas la consistencia del tópico en los cuadros que iniciaron la pintura del paisaje en los siglos XV y hasta el XIX en las obras de Salomon van Ruysdael, Poussin, Aelbert Cuyp, Berend Cornelis, Claude Lorrain o Rembrandt.
Incluso hay ocasiones en las que vemos los pueblos o las escenas del campo en términos de ese ideal, y sobra decir que ese tópico persiste en tarjetas postales, calendarios (y quién no ha visto convocado ese motivo apelando a su efecto tranquilizador dentro de la sala de espera de un dentista dentro de un edificio de la ciudad, por ejemplo), en el escenario que se traza para los pueblos que son pobres pero humildes –y la fascinación que ello genera, como es el caso de México- y no es curioso tampoco que de la aplicación ya madura del tópico (lo que implica un proceso histórico de asimilación) haya surgido el despunte de la pintura propiamente mexicana, como sucede en los cuadros de José María Velasco, en el que vemos el tópico del paraje ameno aplicado ya de forma plásticamente relevante a la geografía del país. Podríamos decir que la fundación de la idea de nación nuestra, sobre todo a través de sus manifestaciones artísticas, es producto también de la retórica antigua, de la poesía bucólica del sigo III A-C. Sorprendente poder éste de la retórica:







Cada vez que un diseñador realiza un
Es decir, se representará el concepto por sinécdoques materiales y conceptuales, generalizantes y particularizantes (la construcción por los ladrillos, la escuela por el pupitre, etc), o bien por metonimia causa por efecto, instrumento por usuario, contenedor por contenido, forma por objeto (el libro por la sabiduría, el grosor de la letra por la solidez, etc), o bien se recurrirá a metáforas: asociaciones de una idea con otra donde las posibilidades de comparación están siempre abiertas y “en línea” a condición de que se mantenga la verosimilitud (el pelícano por el almacén, por ejemplo). El cuadro anterior da cuenta de las posibilidades de recorridos interpretativos, el diseñador siempre parte del centro para cada concepto y se desplaza por los ejes según sus necesidades.








